Este encantador espumante cautiva a la vista con su atractivo rosa pálido, revelando un perlaje exquisitamente fino y persistente. Los aromas se despliegan con gracia, transportando los sentidos entre la frescura de las grosellas rojas, la dulzura de las fresas silvestres y la vivacidad de la piel de naranja. Este bouquet sensorial se ve enriquecido con matices delicados de almendras glaseadas, salvia y melocotón amarillo. En boca, el espumante se presenta como un deleite vibrante y dinámico, sostenido por un equilibrio perfecto de sus notas frutales. Cada sorbo revela una armoniosa fusión de sabores, donde la frescura de las frutas se entrelaza de manera magistral con la textura efervescente.
Para apreciar todas las características y matices del Barollo Prosecco Rosé Millesimato Brut, se recomienda servirlo a una temperatura de entre 6-8°C. Esta gama de temperatura resalta las cualidades frescas y afrutadas del espumante rosado, permitiendo que los aromas delicados de grosellas rojas, fresas silvestres, piel de naranja, almendras glaseadas, salvia y melocotón amarillo se expresen de manera óptima en el paladar. Mantener el Prosecco Rosé a esta temperatura garantiza una experiencia de degustación refrescante y vibrante. La efervescencia y el equilibrio de sabores se apreciarán mejor, creando un deleite sensorial que celebra la elegancia y la expresión auténtica de este espumante. ¡Disfruta de cada sorbo a la temperatura adecuada!.
En el punto de encuentro entre la brisa del mar Adriático y los vientos de los Dolomitas, nacen los viñedos de la bodega de Marco y Nicola Barollo, una tierra por descubrir entre Venecia y Treviso. Esta región se distingue por su microclima singular en Italia y arraigadas tradiciones vitivinícolas. Rica en aromas y sabores, esta tierra alberga la memoria del mar que una vez la cubrió, con hallazgos de fósiles, sedimentos marinos, roca caliza y suelos arcillosos y margosos, elementos que infunden un sabor auténtico a nuestros vinos. En este entorno hospitalario y rico en minerales, se cultivan varietales internacionales como Chardonnay, Merlot, Pinot Noir y Cabernet Franc. La característica distintiva de los vinos de Barollo radica en sus uvas, que se cultivan con dedicación, pasión y sensibilidad. Cada etapa del proceso refleja la intersección de un conocimiento experto en viticultura, enología y un estilo profundamente italiano, impulsados por la pasión que fluye a través de las venas de la familia Barollo y la competencia de su equipo. Estos son los ingredientes que, a lo largo de los años, han permitido a la bodega alcanzar logros significativos y recibir reconocimientos destacados.
Ficha técnica
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